¿Cómo desmaquillarse bien?
1. El rostro: una zona sobreexpuesta
Maquillaje, contaminación, sudor, exceso de sebo, células muertas… La piel del rostro tiene razones para sentirse asfixiada. Por eso necesita una atención muy especial y una limpieza regular por la mañana y la noche.
2. Desmaquillarse bien, un gesto esencial
Por la mañana y la noche, la limpieza de la piel debe ser la primera etapa del ritual de belleza. Siempre hay que aplicar los tratamientos o el maquillaje sobre una piel impecable. Especialmente antes de acostarse, para que la piel pueda optimizar la renovación celular durante la noche. Al desmaquillar y limpiar el rostro a diario, la piel adquiere un aspecto más luminoso y sano.
3. ¿Cómo se hace?
Para limpiar bien el rostro, no basta con eliminar cualquier resto de maquillaje. Hay que llevar a cabo una limpieza completa y minuciosa adaptada al tipo de piel. Primera etapa: desmaquillarse. Leche desmaquillante, gel, aceite, agua… elige la textura que más te guste. Los ojos a menudo precisan más atención por las fórmulas resistentes al agua que usamos para realzarlos. El producto Démaquillant Express y su solución bifásica son idóneos para eliminar los maquillajes más resistentes. Segunda etapa: limpiar. Para eliminar el exceso de grasa, los restos de contaminación y las células muertas, recurre a un limpiador con agua. Como sucede con los desmaquillantes, los limpiadores con agua están disponibles en varias texturas. Jabón, espuma o exfoliante: ¡tú mandas! Te recomendamos aclarar el producto con agua templada, más suave, y secar la piel mediante delicados toques con una toalla limpia para evitar agredirla.
4. Unos trucos para una limpieza óptima
Para empezar, no descuides la limpieza mañanera. Aunque te acuestes perfectamente desmaquillada, la piel trabaja de noche. Produce tanta grasa como de día y, además, libera las células muertas. Tampoco olvides usar los dedos en lugar de un algodón impregnado o toallitas desmaquillantes para limpiar el rostro. Además de ser un gesto más ecológico, es menos agresivo. Así evitarás debilitar la superficie de la piel y su película hidrolipídica protectora. Por último, tras limpiar perfectamente la piel, recuerda siempre hidratarla con una crema de día o noche adaptada.